miércoles, 19 de julio de 2017

Nadie dijo que la vida fuera fácil




Voy en mi bicicleta a toda velocidad escuchando música nihilista y radical. Maldito peatón. Tu mirada genera una tormenta de odio que deja patas arriba el apacible estado mental del que hasta hace unos segundos estaba disfrutando a más no poder, recorriendo velozmente las calles de esta ciudad; esquivando ágilmente todos los obstáculos que se interponen entre mi bicicleta y mi destino. Hasta que apareciste tú. Esa mirada, esas palabras. Hubiera preferido que me desearas la muerte; tus palabras decorosas y políticamente correctas ahora carcomen mis entrañas ¿Acaso quieres hacer creer que tu ausencia de motor representa lo mismo que la mía? ¿Que ésta te otorga los mismos derechos que la mía? Ni soñarlo, amigx. La mirada de carcelerx que me has lanzado en nuestra breve escaramuza vial te delata; sé que esperas con ansia el día en que no se pueda caminar sino por encima de aparcamientos subterráneos, para así no tener que volver a mover tu apestoso culo. Cuando llegue ese día, colgarán de las farolas esxs progres que osaron coartar tu libre albedrío automovilístico por el centro de la ciudad. Aunque quizás me equivoco; quizás sólo esperas el día en que sea legal fusilar a lxs ciclistas como yo. A duras penas he logrado esquivarte; he tenido que elevar al grado de superpoderes mis mermados reflejos, y ahora pienso que malditos sean esos inútiles reflejos, porque al menos la trágica colisión me habría evitado esa repelente mirada y esas asquerosas palabras, que no han hecho sino condenarme a un día de ultraodio extremo hacia todo lo que me rodea.
La gente como tú me ha amargado la vida desde pequeño, ¿qué mierda tiene de malo darle patadas a una pelota cerca de tu coche? Alquílate un aparcamiento, aguafiestas, lo peor de la gente como tú es que sois los miembros de honor de la hermandad del puño cerrado. Sí, seguramente fuimos yo y mis amigos aquellos contra los que acertadamente juraste venganza eterna, tras percatarte de ese sinuoso trazo que, grabado con la más inocente de las llaves, durante tantos años adornó la chapa de tu coche familiar. 


Por si estas líneas lees desconcertadx, debes saber que este es el maldito manifiesto de lxs ciclistas culebras, lxs nihilistas a dos ruedas, venidxs expresamente a las calles que crees tuyas para acabar definitivamente con tu régimen de terror pseudocostumbrista; sentimos tanto odio en nuestras carnes que el glorioso catecismo que escribió aquel entrañable ruso se nos está empezando a quedar descafeinado. 

Y, sin embargo, tú siempre has salido ganando, porque nuestrxs padres y madres siempre han terminado dándole la razón a gente como tú, seguramente por cansancio y hastío de soportar semejante hartura de personas, aunque en el fondo sintieran el mismo odio que ahora yo te profeso a ti y a lxs de tu clase. 

Pues te digo que más pronto que tarde alguien te va a desmontar el chiringuito, y si de ese ansiado momento no puedo formar parte, pido a todas las energías cósmicas del universo que me permitan ser testigo de la cara que se te quedará cuando no tengas más remedio que de una vez por todas tener que buscarte las habichuelas sin joder a lxs demás. Ojalá nadie te ponga un pie en la nuca como nos llevas haciendo tú toda la vida, queremos borrar de la faz de la tierra el más mínimo rastro de tu tóxica existencia; aunque si te sucede no será porque no te lo has buscado.
Estoy cansado de fustigarme intentando ponerme en tu pellejo, si por ti fuera yo y mi bicicleta estaríamos desde hace mucho enterrados en lo más profundo de la tierra. Estoy cansado de intentar empatizar con tus malditas circunstancias, sobre todo porque al final siempre salgo yo perdiendo. Y lo peor es que a lxs que más jodes piensan igual que tú; me arde el corazón cuando veo cómo sueltan tu apestoso credo por la boca, como si a ellxs les fueran a caer ni las más insignificantes migajas de lo que tú devoras con ansia. 


Malditx viandante. Me has jodido el día. No había carril bici, ¿qué quieres? ¿que me aplaste el autobús? Tengo prisa porque tengo dos curros de mierda que apenas me dan para vivir, y si llego tarde tengo que aguantar la retahíla de otrx idiota como tú. Dios, tengo la maldita prisa metida en el cuerpo todo el día, como si estuviera intentando huir del tiempo, que no me deja respirar. Seguro que eres de lxs que piensan que así es como tiene que ser, eso de tener tiempo libre es de grifotas. ¿Sí? Pues jódete, porque me cago en tu sistema de valores y voy a dejar los dos curros para pasarme el día dando vueltas con mi bicicleta y montarme un grupo de punk.
Me paso por el forro tus privilegios, ni los quiero ni los necesito. Desde pequeño me llevan dando la brasa con que me parta los cuernos para poder aspirar a vivir igual que la gente como tú. Y una mierda, pocos pensamientos me producen tantas ganas de vomitar. Una voz resuena en mi consciencia: 'ya te arrepentirás'. De lo que me arrepiento de verdad es de haber hecho caso alguna vez a esa condenada voz. Malditx peatón, tienes los días contados. 


Este es el maldito manifiesto de los ciclistas renegados, el civismo os lo podéis meter por el culo. Dejad ya de intentar colárnosla con la buena educación y el respeto mientras no paráis de jodernos, Dios, me quema la sangre cada vez que pienso en cómo os debéis reir de todxs lxs que entran al trapo. Con el cuento del respeto nos habéis dado un orejazo milenario, malditx peatón, empieza tú por respetar mis ansias de libertad. A la mierda vuestros barrotes, vuestras esposas y vuestras porras, eso es lo que significa para mí vuestro civismo y buena educación. Vuestra decencia es aburrida y humillante, por eso no concebís otra forma de vivir que no sea con gente bajo la suela de vuestros zapatos; triste vacío el que os quedará cuando no quede nadie a quien pisar.

Pero debéis saber que nunca podréis atrapar a lxs ciclistas de satanás; somos rápidxs y escurridizxs y habitamos en oscuros rincones; rincones tan asquerosos que nadie los quiere pisar. Pensáis que la ciudad os pertenece, y lo estúpido en realidad sería creer que esto no es así. De la misma forma que nosotrxs nunca hemos podido escapar a un destino de atropello constante, vosotrxs no escaparéis a vuestro irremediable destino, y el día en el que éste os alcance, ese glorioso día, el régimen de aburrimiento de lxs peatones se acabará, y será el comienzo de la era de las criaturas a dos ruedas. 

Malditxs seáis todxs. No me sorprende el odio que desprendéis hacía lxs que no comparten vuestra repugnante complacencia; vomitamos cada vez que de vuestra boca salen hipócritas justificaciones del estilo de vida que lleváis y nos intentáis obligar a llevar a lxs demás. Encima con esos piños brillantes de anuncio de dentífrico, que asco. Porque claro, en es consiste vuestro juego, en bajaros los pantalones, sois parásitos agarradxs con vuestras peludas patas a una criatura asquerosa de cuya sangre os alimentáis, y no os hace nada de gracia la gente que no hace como vosotrxs. Os reís de ellxs, lxs humilláis, y cuidado con pasarse de la raya. Lo importante es poder seguir chupando del bote, si lo que realmente sucede no es agradable para tus ojos, siempre puedes mirar a otro lado.
Sin embargo, esa mirada que me ha fastidiado el día os delata y os desnuda. Esa mirada delata el miedo que sentís hacia vuestrxs enemigxs más acérrimxs, lxs ciclistas cuya velocidad hace añicos el efecto de vuestra gomina. La acera es nuestra, la calzada es nuestra, los semáforos siempre son del mismo color para nosotrxs y la policía nunca puede atraparnos. Vuestros límites son nuestra libertad; atravesándolos y rompiéndolos nos abrimos camino con nuestras maltrechas bicicletas.


No descarto haber perdido la cabeza a estas alturas. Quizás me estoy equivocando y te estoy juzgando mal; a lo mejor tenemos más cosas en común de lo que creemos; a lo mejor tú también te sientes frustrado por lo que te rodea, ¿quién sabe?, a lo mejor, en el fondo de tu corazón, incluso te gustaría formar parte de la hermandad nihilista de la bicicleta. No lo sé, he decidido que me da igual. No creo que la gente que te estrangula la existencia se plantee si lo que hace es justo o no, así que voy a permitirme yo también ese lujazo; a la mierda con moderar los impulsos, ¿qué pasa? ¿que siempre soy yo el que está equivocado? Estoy cansado de sentir asco a diario y hoy, infame peatón, quizás sin habértelo buscado tanto como yo pienso, te ha tocado a ti sufrir mi ira verbal.


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Aprovechamos que hace poco se presentó el fanzine Nadie Dijo Que La Vida Fuera Fácil en el que dos criaturas integrantes de la banda hemos participado, una escribiendo y otra ilustrando. A partir de la idea del texto surgió uno de los temas más motivantes de nuestro Ep.

Si tenéis curiosidad podéis pillarles el fanzine a la peña de Último Mono Ediciones, es un pepinaco super guapo 100% recomendado.

También podéis escucharse la copla en cuestión aquí

G.B

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